Cómo controlar el enfado

mujer enfadada

Cómo controlar el enfado

¡No te enfades! ¡Ya te estás enfadando otra vez! ¿Te has vuelto a enfadar? Estas frases son muy comunes en nuestros círculos ya que el enfado no está bien visto en nuestra sociedad. Sin embargo tiene una función muy importante y necesaria sin la cual no podríamos vivir. Te contamos las razones por las que es necesario enfadarse.

La ira es una emoción básica

enfadado

Alegría, tristeza, asco, miedo, sorpresa… estas son, según algunos consensos científicos, las emociones básicas, es decir, las que compartimos todos los mamíferos. A estas hay que añadir la ira, el enfado. Estas emociones han llegado hasta nosotros después de años y años de evolución, por lo que cada una cumple una función determinada y necesaria para nuestra supervivencia. ¿Adivinas cuál?

El enfado nos ayuda a poner límites

La emoción de la ira nos activa fisiológicamente, aumentando el ritmo cardíaco, acelerando la respiración, aumentando la tensión de los músculos… para prepararnos para una respuesta. Pero ¿a qué? Aquí entra la parte cognitiva. Nos enfadamos cuando vemos que se ha cumplido una injusticia, cuando vemos que se ha sobrepasado un límite (en relación a nosotros o a otras personas).

¿De qué me vale enfadarme?

enfado en la pareja

Enfadarnos nos ayuda a preservar nuestra integridad, a cuidarnos, a no dejar que nos ataquen o que se sobrepasen con nosotros. Por ejemplo, cuando alguien no tiene en cuenta nuestros derechos o nos trata de forma agresiva, nos enfadamos, y esto nos ayuda a movilizar nuestros recursos para poner fin a la situación. Sin embargo, algunos problemas de ansiedad puede hacer que nos enfademos más de la cuenta, y que cuando nos enfademos, estos enfados sean muy grandes e incontrolables. Esto puede resultar en ataques de ira.

La ira descontrolada puede ser un problema

Es desadaptativo cuando nos dejamos llevar por la ira y no controlamos cómo la expresamos. Por ejemplo, si una persona, cuando se encuentra un obstáculo o le molesta algo de otra persona se pone hecha una fiera, grita, da golpes… diríamos que es una respuesta desmedida en relación a lo que ha provocado el enfado. Como no nos educan de pequeños a gestionar nuestras emociones, la ira puede descontrolarse fácilmente, y hay que emplear ejercicios de gestión de la misma para que no lleguemos a una situación de agresión. En este vídeo hay un ejemplo de ejercicio para hacer con niños.

¿Cómo controlar el enfado?

semáforo enfado

Un ejercicio fácil y visual es el del Semáforo, que te explicamos a continuación. Imagina un semáforo con sus tres luces. Cuando te enfades en alguna situación, evalúa cómo te encuentras y qué luz aparecería si fueses un semáforo. Dependiendo de la luz que sea, podrás continuar abordando la situación o tendrás que retirarte hasta que baje la activación. Por ejemplo:

«Estoy muy enfadado, noto mucha tensión y no pienso con claridad” En este caso, la luz sería roja, por lo que habría que parar, retirarse de la situación, dejar que pase un poco la ira y volver cuando estés más calmado.

“Estoy algo enfadado, noto algo de activación en el cuerpo, me cabrea lo que ha pasado, noto tensión”. En este caso, la luz sería ámbar, por lo que habría que frenar y esperar un poco a que pasen las sensaciones de alarma.

“Estoy enfadado pero puedo pensar con claridad y tomar decisiones”. En este caso la luz es verde, por lo que se puede continuar hacia adelante.

Los problemas de ira son frecuentes y pueden estar asociados a problemas de ansiedad, problemas de sueño, depresión, celos, problemas de pareja… por lo que si tienes problemas de ira y necesitas resolverlos ponte en contacto con nosotros. 

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