Descubre cómo fomentar las Emociones Positivas

Normalmente, no solemos darle tanta importancia a las emociones agradables que tenemos a lo largo del día.

Como, por ejemplo, tomarte una taza de café caliente, disfrutar del sol mientras caminas por la calle o darte un baño de burbujas, son acciones que nos provocan emociones positivas, y que nos benefician física y mentalmente. ¿Quieres saber por qué ocurre esto?

Solemos detectar más rápido y con mayor facilidad las emociones de carácter negativo, dada su función adaptativa.

Por ejemplo, el miedo nos sirve para prevenir un peligro real, y mantenernos a salvo y con vida. Nos provoca sensaciones como la tensión o la angustia, que a priori nos pueden resultar desagradables, pero que nos permiten mantenernos alejados de los peligros y asegurar la supervivencia.

¿Qué Beneficios tienen las Emociones Positivas?

El hecho de que las emociones positivas no den lugar a acciones tan urgentes de actuación como las negativas, no significa que no produzcan en nosotros mismos ningún tipo de actuación o cambio.

Las emociones positivas nos permiten ampliar nuestro rango de pensamientos y acciones.

Son emociones que tienen beneficios adaptativos más a largo plazo. Nos ayudan a construir herramientas y recursos personales que podremos aprovechar más adelante en situaciones difíciles, permitiéndonos escoger las opciones más creativas o tener en cuenta un abanico más amplio de los factores que intervienen en una situación.

La alegría permite que continuemos moviéndonos hacia una meta, nos libera de la tensión acumulada y mejora nuestras relaciones interpersonales.

 La curiosidad nos produce deseo de exploración y aprendizaje.

La serenidad nos permite pararnos a contemplar el momento presente y saborearlo, para después integrar una nueva perspectiva de nosotros mismos y el mundo.

Por lo tanto, experimentar emociones positivas produce beneficios psicológicos (estados de alegría, bienestar, reducción del estrés); físicos (tolerancia al dolor, mejorar el sistema inmunológico y cardiovascular); así como sociales (mejora las relaciones, la motivación o la comunicación).

Las personas felices se diferencian de las que no lo son en que suelen tener una vida social rica y satisfactoria, así como compartir tiempo con amigos y familiares. Trabajar y potenciar emociones como la alegría, el optimismo, el humor o la esperanza nos hace disfrutar más en la vida y mejorar nuestra salud y bienestar.

La vida es demasiado importante como para tomártela en serio” – Oscar Wilde

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