15 Ene ¿Cuándo acudir a un psicólogo infantil?
A diario tratamos con padres que llegan a consulta a consecuencia del comportamiento de sus hijos.
Hemos querido hacer este blog para aclarar y ayudar a los papás a saber cuándo NO deben ir al psicólogo infantil, si no trabajar mismos en su modelo educativo y parental con ayuda del psicólogo.
Sus conductas me molestan a mi, a su padre o su maestro.
Es decir, en muchas ocasiones los papás llegan a consulta y nos comentan lo mal que se porta su hijo, que su profesor o profesora dice que es muy desobediente y no se concentra, o que no sabe compartir o estar con otros niños.
Consideramos que el comportamiento de nuestro hijo no es normal, correcto o moral, y queremos que cambie porque su conducta no le permite continuar con su vida.
El proceso de maduración de un niño tiene diferentes tiempos y están en fase de exploración.
Necesitan explorar posibilidades y desarrollar estrategias de conducta.
Nuestro hijo busca y prueba diferentes formas de comportarse y actitudes y evalúa los resultados que obtiene. Es decir, si estos son esperables, si son consistentes; y si hay alguna figura de apego o de autoridad que me apoye en este proceso y me guíe con respeto y comprensión.
En consulta puedo notar que muchos adultos se sienten “molestos” o “cuestionados” cuando en una primera entrevista les comento que entiendo la demanda que me traen y que en lugar de trabajar con su hijo, trabajaremos con ellos otra forma de comportarse con su hijo y percibir su desarrollo.
Ser padre: una gran responsabilidad y aprendizaje
Nos cuentan que ser padre “es lo mejor que te puede pasar” “que es lo más maravilloso que te va a pasar” y “todos sabemos ser padres”
En realidad ser padre implica un gran trabajo personal con nosotros mismos, con nuestro propio modelo de apego, con nuestros miedos y angustias.
A muchos papás se les agotan los recursos personales y ya no saben qué hacer con sus hijos.
En ocasiones, optan por mantener una actitud rígida basada en la punición y el castigo, y esa elección solo empeora la situación.
Porque ser madre o padre, implica una gran renuncia personal, y es lo que en muchas ocasiones no nos han contado. O que aunque nos hayan contado no imaginamos hasta que no sucede.
Es licito que no sepamos cómo gestionarlo. Y es ahí cuando un psicólogo nos puede ayudar.
Lo que consideramos más importante es que los padres vivan esa renuncia como un placer y un aprendizaje. Si tu hijo tiene la sensación de que es una “carga” ten por seguro que se hará notar y “te lo dirá a su manera”.
En ocasiones, en forma de berrinche o de mal comportamiento en el colegio.
La importancia de ofrecer una base segura
como figura de apego para poder ayudar a mi hijo a regularse.
Un niño tiene que estar seguro de que lo amas, de tu disponibilidad y proximidad, tanto física como emocional.
Si eso no ocurre, habrá consecuencias y te lo dirá en forma de rabieta, problemas con el sueño o en el colegio.
Por eso, siempre repetimos en Suma Emociones que para poder regular y acompañar a un niño, primero hemos tenido que saber regularnos a nosotros mismos. Y esa tarea implica tiempo y dedicación.
Como padre tengo que asumir que no lo sé todo y que puedo pedir ayuda.
A ninguno nos han enseñado a ser padres, y por lo tanto cometeremos errores.
Lo importante, y un gran aprendizaje que podemos dar a nuestros hijos es saber transmitirles que no sabemos todo y nos podemos equivocar.
Y que cuando nos equivocamos, lo asumimos, lo aceptamos y pedimos perdón.
Así que si necesitas ayuda para mejorar en la relación contigo mismo o con tus hijos no dudes en ponerte en contacto con nosotros.
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