16 Abr Cómo practicar la compasión
La práctica de la compasión cada vez está más extendida en la psicología. En Suma Emociones es algo que incluimos en nuestras intervenciones, y que creemos que tiene muy buenos beneficios y cambios importantes en quienes lo practican. En el artículo de esta semana os contamos qué es la compasión y cómo practicarla.
Qué es la compasión
La compasión es la sensibilidad al dolor propio y de los demás, con el compromiso de aliviarlo. Esto significa que entendemos nuestro dolor, lo validamos, no luchamos contra él sino que lo aceptamos y nos comprometemos a aliviarlo. Esto no quiere decir que tenga que desaparecer: muchas veces hay que pasar el dolor, sentirlo, para que pueda pasar. En este vídeo puedes ver a Paul Gilbert hablando sobre la compasión.
¿Eso no es ser una víctima?
Es distinto entender y validar nuestro dolor o el de otra persona a entender que el dolor nos define y no hay escapatoria. El ver a una persona como solo su dolor y no contemplar ninguna alternativa es victimizar. Con la compasión entendemos que el dolor forma parte de la experiencia humana y que no tiene por qué ser infinito.
El truco está en dónde ponemos el foco
Si estamos todo el día pensando en que nos van a atacar, en que el mundo es peligroso, en que los demás no son de fiar… probablemente experimentemos muchas emociones desagradables (desconfianza, frustración, miedo o ansiedad). Esto es así porque nuestra atención está relacionada con nuestros pensamientos y emociones. Sin embargo, si nos concentramos en aquel gesto amable que tuvieron con nosotros la semana pasada, en las cualidad de los que nos rodean, en recuerdos que nos hacen sentir orgullo, invitamos a que aumenten emociones más agradables (alegría, orgullo, compasión). Esto es un cambio de foco, de perspectiva, no niega que haya emociones desagradables porque son necesarias, pero nos ayuda a fomentar las agradables.
¿Cómo practicar la compasión?
La compasión se trabaja con un profesional de la psicología mediante trabajo constante y tiempo, pero hoy te proponemos un ejercicio para comenzar a practicar la compasión.
Ejercicio “El color compasivo” (de Paul Gilbert)
Siéntate en un lugar cómodo, con una postura cómoda y relajada. Haz un par de respiraciones, tomando conciencia de cómo se encuentra tu cuerpo, sin cambiarlo o juzgarlo, simplemente observándolo. Después comienza a pensar en un color que asocies con compasión y que transmita calidez y amabilidad. Imagina este color y cómo te rodea poco a poco, sin prisa. Observa cómo va penetrando en ti a través del corazón, y siente cómo este color tiene sabiduría, amabilidad y está para cuidarte. A medida que entra dentro de ti, siente ese cuidado y esta amabilidad en el cuerpo. Crea una expresión de amabilidad en tu rostro a medida que haces el ejercicio. Siente cómo este color quiere ayudarte, céntrate en percibir esta intención.
Puedes ver que no es un ejercicio complicado, pero sí que necesita de práctica y tiempo para aprender a enfocarnos en estas sensaciones. Como hemos dicho antes, se trata de cambiar el foco y realizar ejercicios para invitar a esta emoción para que forme parte de nuestras experiencias. Si te interesa trabajar la compasión o necesitas ayuda psicológica, ponte en contacto con nosotros.
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