Trauma y Disociación

Trauma y Disociación

Escuchamos mucho a la gente hablar de trauma pero ¿sabemos realmente lo que es? En ocasiones vivimos situaciones que superan los recursos que tenemos para enfrentarlas, especialmente cuando estamos en la infancia, somos jóvenes o nuestros recursos emocionales están limitados. Vivir una situación para la que no tenemos recursos es lo que denominamos trauma.

Entendemos normalmente el trauma como un evento puntual muy impactante como un accidente de coche o una experiencia cercana a la muerte, pero puede no reducirse a esto. Haber vivido situaciones muy estresantes o amenazantes durante mucho tiempo sin que ello amenazase nuestra vida directamente también lo consideramos como traumático. Algunos ejemplos de esto son: haber vivido descalificaciones o insultos en la infancia de manera repetida, haber sufrido agresiones o abusos por parte de nuestras figuras de referencia, tener que desarrollar un rol para el cual el cerebro no está preparado… Todo esto se ve influido por nuestro estilo de apego (HIPERLINK A LA NUEVA PÁGINA DE APEGO) y nuestras experiencias tempranas.

Si esto nos ocurre nuestro cerebro va a intentar afrontar y superar lo que haya pasado como pueda, pero esto puede suponer consecuencias a nivel psicológico. Cuando el cerebro no sabe cómo colocar la experiencia que ha vivido, puede separarla u ocultarla, dando lugar a lo que conocemos como disociación. ¿Cómo se expresa la disociación en las personas? Aunque es complejo y cada persona lo vivirá de formas distintas, algunos síntomas disociativos pueden ser: no recordar partes o episodios de la vida, tener la sensación de que la realidad es un sueño o una película (desrealización), ver lo que vivimos desde fuera (despersonalización), sentir que hay partes separadas dentro de uno mismo…

Desde Suma Emociones trabajamos este tipo de casos de forma integradora, estudiando el sistema nervioso de la persona, conociendo su historia y sus experiencias para poder entender por qué se dan los problemas en el momento presente. Aunque sea desagradable de vivir es importante que prestemos atención y escuchemos al cuerpo que nos habla y lleva el impacto de estas experiencias consigo. Mediante la terapia integradora conseguimos escuchar, calmar y sanar las heridas producidas por estas experiencias traumáticas, pudiendo mostrarnos, escucharnos y vivir de la forma más auténtica posible.

Lo que acabas de leer puede parecer complejo de abordar a solas, por eso queremos acompañarte en este proceso.